Desde hace ya algunos años vengo escuchando en la empresa esto de “hay que retener el talento”. Como ya expliqué en un artículo anterior, nuestro lenguaje es sumamente importante, por lo que lo del “retener” implica una serie de acciones que no siempre están trabajadas a favor del empleado.
¿Qué diferencia hay entre la retención y la fidelización del talento?
Prisioneros del salario
En muchas ocasiones las empresas, desde la mejor voluntad, lo que preparan son paquetes retributivos muy jugosos, con un sistema de remuneración flexible que permite al empleado acceder a una serie de productos y servicios de una forma ventajosa a través de la empresa (desde formación especializada, hasta tecnología, por poner un ejemplo), y además un plan de carrera de lo más interesante.
Recientemente he conocido una distinción que me ha resonado con respecto a esto que estoy compartiendo, ya que hablaban que se identifica al área de recursos humanos en las empresas como los responsables de la gestión y desarrollo del talento, cuando en realidad esta misión pertenece a los mandos intermedios.
¿Cuál es el rol de recursos humanos?
Desde recursos humanos lo que debe generarse es la estructura que apoya a los mandos. Son los “arquitectos” que trabajan para que los profesionales con equipos a cargo puedan ofrecer un desarrollo real a sus colaboradores.
No sería la primera vez (y dudo que fuera la última), que oigo a una persona decirme “mi trabajo no me gusta, pero para mantener mi nivel de vida no hay más opción” o “con la edad que tengo, dónde me van a pagar tan bien como me están pagando aquí”.
Esto es en lo que, a mi entender, puede degenerar un brillante plan retributivo, con un atractivo plan de carrera, si no hay un buen mando intermedio que sepa trabajar con su equipo para obtener realmente lo mejor de ellos.
Personalmente prefiero hablar de fidelización del talento.
¿Qué es la fidelización del talento?
Mi mayor responsabilidad, como líder de un equipo, debe ser conocer a cada uno de mis colaboradores, entender qué les mueve, qué les preocupa, qué necesitan.
Soy una facilitadora en su día a día, mi foco debe ser allanar el camino para que ellos consigan sus objetivos, que son los míos. Y ahí es donde necesito a recursos humanos.
A que me ayuden a que un equipo con talento se enamore del proyecto que le estoy ofreciendo.
¿Para qué?
Necesito que me ayuden a ser mejor líder, a trabajar mi estilo de comunicación, mi gestión de objetivos, mi delegación.
Necesito que trabajen con mi líder para que éste sepa obtener de mí a la profesional que puedo llegar a ser.
Queridos profesionales de los recursos humanos, ahí tenemos un reto:
Nuestro reto es conseguir ser un área estratégica dentro de la compañía y que nos permitan ser los generadores de herramientas de fidelización de las personas talentosas que trabajan en nuestras organizaciones.
Queridos líderes, ahí tenemos otro reto:
Ser un buen manager/líder es una labor del día a día. De ser consciente de que las personas no somos máquinas. Necesitamos que se nos cuide, que se nos valore y que se nos tenga en cuenta.
Que debemos tener la humildad de reconocer nuestra propia imperfección y trabajar cada día por seguir mejorando y aprendiendo.
Y me vais a permitir la “cuña publicitaria”, queridos profesionales del ámbito del coaching y la consultoría, ahí tenemos nuestro reto: