Dime cómo hablas y te diré quién eres

De verdad que no pretendo ser pedante… Desde hace muchos años voy siendo cada vez más consciente de cómo el lenguaje impacta en mi forma de ver el mundo, de relacionarme y de orientarme a la acción.

Dime cómo hablas y te diré quién eres.

Recuerdo una conversación con mi pareja hablando acerca de lo importante de plantearnos objetivos en positivo, desde la perspectiva de lo que queríamos conseguir, no desde lo que queríamos evitar. Ahí empezó mi toma de consciencia.

Posteriormente me certifiqué en coaching y aprendí a leer más allá de las palabras. Mis facilitadores y mentores me ayudaron a “ver” y “escuchar” las palabras de otra manera.

Y la inspiración de este post me ha venido cuando he leído en redes sociales mensajes como: “Todas las emociones son buenas aunque sean negativas”

¿Cómo se come esto?

Desde mi punto de vista, todas las emociones son necesarias. La diferencia entre unas y otras (además de su función, su para qué), es que nos resultan agradables o desagradables. Pero cuando incorporo “son negativas”, conscientemente (o inconscientemente) voy a hacer lo posible por evitarlas, cuando la realidad es que son absolutamente necesarias.

lenguaje-dime-como-hablas

Otro mensaje lapidario: “Nadie es perfecto. Si evitas a las personas por sus defectos, terminarás solo en este mundo”.

Querido lector, querida lectora, he de reconocer mi defecto: las amenazas me generan urticaria. Y a esto lo llaman “coaching”.

Disiento.

Últimamente también estoy leyendo y escuchando muchas opiniones negativas acerca del coaching, y me parece perfecto. Por supuesto que no todo el mundo tiene que aceptar y valorar positivamente esta disciplina, pero esta frase no es un ejemplo de coaching.

Un ejemplo de coaching sería: “Acepta a las personas y valóralas en su imperfección, esto es lo que nos hace únicos” (estoy inspirada ;)).

Para mí el coaching no es una “terapia new age” para esclavizar a las personas en su trabajo y hacerlas sentir una felicidad que no es real. No se trata de aceptar la mediocridad porque no hay otra opción y sonreír aunque la infelicidad te esté abrumando.

Para mí el coaching es una forma de tomar las riendas de mi vida, desde cómo hablo y cómo veo el mundo. Aceptando que hay cosas que no puedo cambiar y moviéndome a cambiar lo que sí puedo.

Responsabilidades-obligaciones-deberias

Y en muchos casos, lejos de atar a las personas a un trabajo que les hace tremendamente infelices, mi trabajo (que sí me hace feliz) es permitir que la persona tome una decisión, la que sea, su decisión. Y a partir de ahí que actúe siendo consciente que está donde ha elegido estar.

Empecé hablando del lenguaje… Porque es el lenguaje el que nos hace “esclavos inconscientes” de la realidad que nos rodea.

Luis Castellanos habla de ello en su libro La ciencia del lenguaje positivo, en el que ofrece las claves para mirar nuestra realidad desde otra pespectiva.

Yo tomé consciencia y mi realidad ya no me ata, aunque sí me condiciona. Yo elijo lo que hacer con ella.

Te invito a que, por un día, o por una hora, seas crítico con tu lenguaje, con el lenguaje que lees en otros, que escuchas en otros, y tomes consciencia de cómo te predispone a la acción, y te invito a que compartas lo que has descubierto (si has descubierto algo) y qué quieres hacer con ello.

Dime cómo hablas…

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