¿Se puede elegir entre disfrutar o renegar?

Por fin ha llegado esa época del año que no deja indiferente a prácticamente nadie: la Navidad. Allá por donde vayáis, si escucháis atentamente, escucharéis conversaciones acerca de si son fechas entrañables, si son un producto del consumismo más exacerbado, si son unos días mágicos, especialmente para los más pequeños, si es una pesadez tener que pasar ciertos días con la familia por obligación, o si “nos dan igual” (en estos casos, observad la corporalidad y la expresión facial, porque puede ser que se contradigan 😉 )

Realmente cada uno puede vivir estos días, como el resto del año, como mejor les convenga (faltaría más), si bien es cierto que renegar de algo que vas a hacer y elegir pasar por todas las tradiciones con una sensación constante de malestar no es la versión más ecológica, entendiendo aquí la ecología como cuidar de uno mismo y de su emocionalidad.

¿Se puede elegir entre disfrutar o renegar?

¿Tenemos opción?

No tiene porqué gustarnos la Navidad como concepto, o sus tradiciones en concreto, pero si queremos “cuidarnos” podemos elegir entre varias opciones:

  • Puedes elegir hacer un “retiro” y desaparecer durante unos días, escapando de todos los compromisos que suponen estas fechas. Esta alternativa requiere de mucha asertividad y paciencia para cuando haya quien cuestione si eres “un bicho raro”. No obstante, si odias estas fechas, y siempre desde mi punto de vista, es la opción más coherente.disfrutar-renegar-eliges
  • Otra alternativa es aguantar estoicamente cada uno de tus compromisos, eso sí, con una cara muy seria y quejándote todo el rato, renegando del consumismo navideño, de las aglomeraciones y de los excesos gastronómicos. Quizá despiertes alguna simpatía y puedas quejarte a gusto en compañía.
  • Y se me ocurre otra, que es bastante ecológica, si bien necesita de algo de entrenamiento (igual para este año no llegamos, pero para el que viene tenemos aún 365 días): puedes elegir quedarte sólo con lo bueno que tiene esta época del año.

 

Como dijo Viktor Frankl:

“Si no está en tus manos cambiar la situación que te produce dolor, siempre podrás escoger la actitud con la que afrontes ese sufrimiento”

¿Cómo puedo re-encuadrar mi actitud?

Te invito a que hagas un ejercicio para conseguir un mejor resultado. Para este ejercicio sólo necesitas un papel, un bolígrafo y ganas de abrir la mente. Haz dos columnas en el papel, en la izquierda escribirás “las cosas que no me gustan” y en la derecha escribirás “las cosas que sí me gustan”. Ahora rellena con todo lo que no te gusta la columna de la izquierda. Cuando termines, rellena la columna derecha y la condición es que haya al menos 3 aspectos positivos por cada cosa que no te gusta. Voy a poner un ejemplo:

COSAS QUE NO ME GUSTAN

COSAS QUE SÍ ME GUSTAN
•       El consumismo
  •  El turrón Suchard
  •  La cara de los niños cuando abren sus regalos
  •  Los días de vacaciones

Si resulta complicado encontrar los tres aspectos positivos, siempre puedes compartir este ejercicio con personas que disfruten mucho de estas fechas y preguntarles qué es lo que más les gusta. De esta manera podrás ampliar tu marco de visión y enfocarte en aspectos que, a lo mejor, no habías tenido en cuenta.

Es un ejercicio interesante que puede ayudarte a re-enfocar estas fechas desde una perspectiva que te permita disfrutar, aunque no sean tus favoritas.

Y con esto y un bizcocho… ¡Hasta el 2018! ¡Feliz Navidad!disfrutar-renegar-eliges

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