DONDE RESIDE EL TALENTO

“¿Dónde reside el talento?”  es una pregunta con la que me encuentro frecuentemente y que en ocasiones soy capaz de ver una respuesta.

Llevo muchos años trabajando en el ámbito de los recursos humanos y, ante todo, con lo que más disfruto es con la capacitación de las personas: detectar a un profesional con un gran potencial y acompañarle en su desarrollo a través de la formación, el mentoring, el coaching, el shadowing…

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La cuestión es dónde está el verdadero potencial: ¿es una cuestión de habilidad?¿conocimientos técnicos?¿qué otras cosas influyen en un excelente desempeño?

Un poco de contexto

Tradicionalmente en recursos humanos se ha tendido a valorar un profesional con una amplia trayectoria, una formación específica (estudios reglados, máster de especialización, cursos técnicos…) y haber sido una persona estable en los trabajos. Mantenerse en una empresa al menos 10 ó 15 años era algo a tener en cuenta.

Se han valorado las capacidades técnicas, las certificaciones, los títulos… En definitiva, la capacidad de poder formarse.

Sin embargo, y a raíz de una serie de conversaciones con personas de diferentes perfiles, unas pertenecientes al mundo de los recursos humanos, otras vinculadas al coaching y otras personas que trabajan en áreas totalmente diferentes, he llegado a una conclusión sobre la que centraré mi atención en adelante.

El mundo profesional ha cambiado.

Ya no se busca una persona estable, sino un profesional adaptable y con flexibilidad para enfrentarse a diferentes entornos. No se busca una persona con 15 años de experiencia en su currículo (alguien me dijo una vez “no es lo mismo 15 años de experiencia, que un año repetido 15 veces”), sino un profesional que pueda aportar a futuro en la empresa.

Se buscan profesionales formados, pero con la capacidad suficiente como para darse cuenta de lo que les queda por aprender.

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Y, sobre todo, la tendencia (quizá sea una esperanza personal, esto aún no lo he contrastado) es buscar profesionales centrados en las personas: orientados a sus clientes, a sus colaboradores, a sus compañeros.

Se buscan personas que sepan generar sinergias dentro de la empresa y conseguir aumentar los dividendos desde la diversidad y el aprendizaje continuo.

Además, en un entorno como el actual en el que estamos en constante cambio, necesitamos gente con capacidad para la improvisación, con recursos, resistencia a la frustración y capaz de generar un entorno de colaboración y solidaridad.

Y entonces, ¿cómo tengo que enfocarme en la búsqueda de un nuevo empleo/reto profesional?

En enfoque es a partir de lo que hemos aprendido en el pasado y lo que podemos aportar en el futuro. Está bien explicar en un papel las funciones y puestos desempeñados, pero lo más importante es “qué me he llevado con estas experiencias que pueda aportar un valor añadido a esta compañía”.

Los conocimientos técnicos se pueden adquirir, pero las habilidades son más difíciles de desarrollar, en tiempo y en esfuerzo.

Al cabo del día paso mi jornada con diferentes perfiles: técnicos, mandos intermedios, managers, directivos… Siempre aprendo algo con cada uno de ellos y, en su mayor parte, no tengo la menor idea de la formación que tienen, pero percibo sus habilidades, me las transmiten en sus conversaciones.

Hace unos días, en un viaje en tren a Alicante, compartí asiento con una profesional del mundo de las nuevas tecnologías. Ella se dedica a formar sobre su producto a los distribuidores del mismo. Comenzamos a charlar sobre nuestro trabajo y me transmitió competencia, credibilidad, compromiso con su empresa, profesionalidad y, ante todo, calidez. Eso en una conversación de una hora (las primeras dos horas las pasamos trabajando cada una en su portátil). Fue un placer compartir viaje con ella y, sin duda, la contrataría para mi empresa si estuviera buscando un perfil como el suyo o la recomendaría a cualquiera de mis clientes.

Para mí, ese es el verdadero talento:

Las habilidades adquiridas a lo largo de los años y el compromiso por hacer las cosas bien, sin olvidar que vivimos y trabajamos en sociedad, y que nuestro éxito será mayor si lo compartimos.

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