¿Alguna vez te has planteado que el NO ya lo tienes?
Es curioso cómo hay personas que nos “auto-negamos” o impedimos darnos oportunidades. Hace unos días me encontré con una amiga y compañera de profesión, y comentamos cómo nos iba profesionalmente, proyectos que teníamos a la vista, etc. Se me ocurrió preguntarle si había valorado la opción de participar en un proyecto con el que llevo colaborando varios años y su respuesta fue:
- Lo he pensado alguna vez, pero siempre me digo a mí misma que los profesionales que están en este proyecto tienen ya muchas horas de vuelo, y no es mi caso.
En cuanto la oí le saqué de su error, explicándole que precisamente al incorporarse hay un periodo de “mentorización” para que pudiera ponerse al nivel de todos los demás, y que su perfil seguramente encajaría a la perfección. Seguidamente hablamos con la persona que se encarga de las nuevas incorporaciones y su respuesta fue un SI.
Esta anécdota me llevó a darme cuenta de la cantidad de personas con las que me encuentro con este mismo punto de partida: no piden oportunidades porque creen que no están a la altura o que su perfil no es el requerido… Y mi reflexión siempre va en la misma dirección:
Por un lado, no le has dado la oportunidad al otro de elegir. Cuando pedimos algo, estamos dando la oportunidad al otro de conocer nuestro interés. A partir de ahí, si el otro no está interesado, ya nos los hará saber.
Por no hablar de que estamos actuando como si fuéramos videntes o telépatas y supiéramos lo que piensa el otro… Algo presuntuoso, ¿no crees?
Por otro lado, no te has dado la oportunidad a ti. Y cuando no te das esa oportunidad, te estás poniendo tu solx las trabas. Y cada vez te harás más pequeñx con la creencia de que no puedes acceder a determinados objetivos.
¿Para qué nos ponemos palos en las ruedas? Busca en tu auto-concepto, quizá encuentres ahí la respuesta. Porque muchas veces nos vemos con un nivel tan alto de exigencia que nunca estaremos a la altura… ¿de qué? No lo sé, la expectativa, la altura, la pones tú.
Recuerdo desde muy pequeña oír a mi madre decirme “el NO ya lo tienes”, y hoy en día me doy cuenta de la importancia de este mantra que me ha acompañado a dondequiera que he ido. No sólo no cierra puertas, sino que las abre.
Nosotrxs somos los responsables de abrirnos o cerrarnos las puertas. De darnos la oportunidad o negárnosla. Y es posible que nos estemos perdiendo todo un mundo de experiencias y satisfacciones por culpa de este “no pedir”…
Y con este breve post, quiero lanzarle un guiño a esa persona de la que hablé al principio, que sé que me lee, y a la que invito a hacer la siguiente reflexión (por supuesto, a cada uno de mis lectores y lectoras también 😉 )
¿Para qué no te das la oportunidad?¿qué puedes perder?¿qué es lo peor que puede pasar?¿y qué es lo que puedes ganar?